Se necesitan dos reglamentos de fertilizantes en el Perú. Uno para la producción orgánica o ecológica y otro para la producción agroquímica convencional
A fines de junio el SENASA pre publicó un proyecto de reglamento único de fertilizantes y sustancias afines, una propuesta que desconoce la existencia de dos matrices de producción agraria: la convencional agroquímica y la orgánica o agroecológica. Es necesario que los actores involucrados con la agricultura y la seguridad alimentaria (gremios de productores y de empresas exportadoras, cooperativas, universidades y redes de ONG) participen en la construcción de una alternativa al mencionado proyecto de reglamento para adecuarlo a la realidad del campo y a las normas nacionales e internacionales que apuestan por una agricultura sostenible y agroecológica.
En el año 2022, el mundo se vio afectado por lo que se conoció como “la crisis de los fertilizantes”, que redujo la oferta de abonos químicos y elevó sus precios en el mercado global. La disminución de su producción en Europa, el alza de precios del petróleo y derivados y la guerra entre Rusia y Ucrania (importantes países exportadores de urea y derivados) generaron el problema. China, otro productor importante, decidió disminuir sus exportaciones para atender su propia demanda.
A nivel nacional, el desabastecimiento de abonos químicos se debió a las dificultades del gobierno del ex presidente Castillo para importar úrea por las denuncias de corrupción en los procesos y el cambio de cuatro ministros. La úrea es el fertilizante químico más usado en el Perú, en especial por la agricultura costeña productora de arroz, caña de azúcar, algodón y papa blanca y en menor medida por la agricultura familiar de los valles interandinos.
Los fertilizantes son insumos importantes en toda la producción agrícola y a raíz de la crisis, aumentó tanto la demanda de fertilizantes sintéticos usados por la agricultura convencional como la de biofertilizantes y compost usados en la agricultura orgánica y ecológica y en los cultivos con Buenas Prácticas Agrarias BPA
Es necesario aclarar que no todos los fertilizantes tienen el mismo origen. Las cantidades y formas de aplicación no son las mismas; estas varían de acuerdo a los productos, regiones, y riesgos en su aplicación que van desde insumos inocuos hasta los altamente tóxicos. Su diferenciación se guía por la matriz productiva preexistente: agroquímica o agroecológica.
Durante el año 2022, el CAP y GRENAFAFO (Gremio Nacional de Fabricantes de Fertilizantes Orgánicos) presentaron a MIDAGRI una oferta potencial de 60,000 TM mensuales de abonos sólidos y un millón de litros de abonos líquidos generados por el reciclaje de residuos agrícolas, pecuarios e hidrobiológicos para reemplazar la escasez de úrea a precios menores y con menores impactos ambientales. Sin embargo, MIDAGRI no tuvo en cuenta está alternativa ni financio su compra con el “FertiAbono”, justamente por carecer de una norma que los reconozca como abonos útiles.
En este contexto, SENASA pre publicó el 01.06.23 un proyecto de Reglamento de Fertilizantes y sustancias afines”, que establece medidas para el registro ante SENASA de las empresas productoras de estos insumos, el registro de los productos, así como las autorizaciones de producción y comercialización. Establece también medidas para el uso y la disposición final de los fertilizantes y sustancias afines.
Sin embargo, este proyecto de Reglamento trasluce una visión unilateral de la fertilización agrícola al no diferenciar los patrones productivos agroquímicos de los agroecológicos, desconociendo no solo la normativa que legítima la producción orgánica o ecológica ( ley 29196, Plan Nacional de Producción Ecológica 2021-2030, entre otras), sino la presencia de 130,000 productores ecológicos certificados (la mayoría miembros de cooperativas de café, cacao, mango y banano orgánico), que han colocado al Perú en los primeros puestos de comercialización de estos productos en el mercado global.
Ante esta propuesta unilateral de SENASA, la Red de Agricultura Ecológica del Perú (RAE), la Red de Acción en Agricultura Alternativa (RAAA) como miembros del Consorcio Agroecológico Peruano (CAP) junto a la empresa Húmicos Ibéricos Peruanos SAC HIPSAC, elaboraron una propuesta alternativa de reglamento y organizaron para analizarla, un conversatorio virtual el 11 de julio y un debate presencial el 20 de julio con representantes de MIDAGRI, gremios empresariales, redes de ONGD y organizaciones agrarias.
La exposición de la propuesta del CAP y aliados estuvo a cargo del ingeniero Ezio Verme, quien criticó la propuesta de SENASA, observando el procedimiento, forma y contenido de la propuesta oficial y sustentando la necesidad de dos reglamentos, uno para la producción convencional agroquímica y otro para la producción orgánica y agroecológica.
En la conversación, los distintos actores aportaron críticas y comentarios adicionales, generando consenso en diferenciar en reglamentos independientes para ambos tipos de fertilización.
También se convino en la necesidad de formalizar la producción, comercialización y uso de ambos tipos de fertilizantes para erradicar la comercialización de productos informales y adulterados. Otras críticas cuestionaron el rol fiscalizador del SENASA, al encarecer costos de producción con un exceso de registros, permisos y multas. También se señaló la necesidad de análisis de suelos para establecer un uso racional de fertilizantes, reducir costos de producción y mitigar su impacto contaminante en el medio ambiente y en el calentamiento global.
Desde nuestra perspectiva, el reglamento de fertilizantes que necesita el Perú, tiene que partir de un reconocimiento de la realidad de la agricultura en el país, su articulación con la seguridad y soberanía alimentaria saludable y las normas nacionales e internacionales a favor de la agricultura sostenible.
El 70% de los alimentos que abastecen a las familias peruanas provienen de la agricultura familiar. De allí la importancia de visibilizar y valorar las pequeñas unidades productivas, sus formas y sus modalidades de producción.
Por ello, es necesario que al reglamentar los fertilizantes se les categorice por tipos de fertilizantes según su origen, producción, composición y uso, reconociendo las diferencias entre los fertilizantes minerales y sintéticos de los fertilizantes orgánicos, ecológicos y naturales.
Es necesaria también la articulación entre la agricultura tradicional y la agricultura moderna. El conocimiento, la innovación y la investigación científica tienen todo un campo de desarrollo en el estudio de los biofertilizantes bacterianos. El INIA tiene un papel importante en esta tarea
En el debate SENASA justifico su propuesta, señalando que no existe en la región una normativa que diferencie ambos tipos de abonos. Sin embargo, INIA informó que, en Chile, que por años no los diferenció, lo está haciendo ahora para promover su agricultura ecológica diferenciada de la producción convencional y posicionarla en el mercado mundial.
Si está es una decisión política, en un país con menor biodiversidad que en el Perú, sorprende que SENASA se mantenga tan opuesto a la mayor ventaja competitiva del Perú: su agro biodiversidad ecológica y orgánica
Finalmente, la necesidad de la reconvertir el agro en el Perú pasa por incorporar buenas prácticas agropecuarias en la agricultura convencional para transitar a una producción sostenible y agroecológica, producir alimentos saludables y adaptar la agricultura al cambio climático.