La exportación de quinua que no pasó por el boom
El aumento de las exportaciones de quinua orgánica nos llena de optimismo porque a diferencia del “boom de la quinua” de hace siete años este es un crecimiento “natural”. Nos referimos a la exportación a Europa de 22 toneladas de quinua orgánica de la Cooperativa Agroindustrial Machupicchu (CAGMA), que viene manteniendo su capacidad exportadora.
La historia de éxito de CAGMA, es alentadora. Situada en la provincia de Andahuaylas y Chincheros en la Región de Apurímac, inició actividades en el 2011 y cuenta con más de 400 socios certificados. Su actividad cubre toda la cadena productiva: producción, transformación y comercialización de quinua y otros productos orgánicos y/o ecológicos andinos (kiwicha, chia, haba, maíz, etc.), de altísima calidad, acorde con las exigencias del mercado internacional, claves del éxito y la sostenibilidad.
Esta historia nos invita a recordar y reflexionar sobre el “boom” de la quinua vivido hace algunos años porque, teniendo otros buenos productos andinos con potencial exportador, esperamos no se repita tal historia.
Año 2013: año internacional de la quinua
No son pocos los que en el sector agrario aún mantienen viva en la memoria el año 2013, tiempos en los que nuestro grano andino por excelencia, la quinua, fue reconocido a nivel mundial como uno de los de mayor calidad nutricional declarando ese año como “Año internacional de la quinua”.
Como se sabe, la calidad nutricional proviene de contener casi todos los aminoácidos precursores de proteína además de vitaminas y minerales, además de, aunque no dañino para todos, no contener gluten.
Fue tan impactante la campaña que generó un aumento sostenido de la demanda y precios lo que animó a los agricultores a expandir la frontera agrícola de este cultivo. El aumento de los precios en chacra fue tal, que en su punto más alto el Kg. de quinua blanca alcanzó los S/. 8.0 soles.
Años trágicos
Aunque la quinua se puede cultivar hasta el nivel del mar, siempre el cultivo se mantuvo entre las zonas medias a altas de la cordillera sur andina. Sembrado por familias campesinas en limitadas condiciones de tecnificación, la quinua casi siempre se produjo sin la utilización de agroquímicos (sin certificación alguna) por lo que en un momento de alta demanda era propicio para la exportación. Así fue, sin embargo, el aumento desmedido de los precios generó un aumento descontrolado de la siembra de quinua. En el sur, los valles costeños de Arequipa como Majes y Camaná fueron claros ejemplos, sin embargo, esta expansión alcanzó a Lima, Trujillo, entre otros lugares que nunca sembraron.
A estos cambios anárquicos y abruptos en las siembras le acompañó la caída general de los precios. Fueron muchos los factores entre los que destaca una demanda que no era tan grande como se creía, la cadena de valor aun no desarrollada, la producción de quinua convencional en los valles costeros que intentó venderse entre los lotes de quinua orgánica, etc.
Al final muchos productores entre grandes, medianos y pequeños así como plantas de procesamiento quebraron por el exceso de oferta. El precio en chacra tocó piso en dos a tres soles en chacra y así terminó una vez más un boom dentro de la historia de la agricultura peruana.
La cadena de valor
Nos hemos detenido a hablar de todo lo anterior porque creemos que la historia de éxito de la Cooperativa Agroindustrial Machupicchu de Apurímac, es ejemplo de persistencia y buena gestión de organizaciones privadas, gubernamentales y no gubernamentales en la construcción de una cadena de valor, más allá de la especulación y la improvisación.
La historia de la Cooperativa Machupicchu destaca además por la venta directa a una empresa, evitando evitado a los interminables intermediarios comercializadores que capturaron la cadena de valor de la quinua durante el Boom. Esperemos que estas lecciones sirvan de ejemplo a futuro.